Un flirteo de lluvia
esculpe el laberinto de los pájaros;
su látigo de agua estalla en el silencio
y fisura las alas de cristal.
Danza, sobre mares de acero,
entre los pensamientos
atados y descalzos.
No hay faro que guíe a la tristeza.
La paloma del alba
me llama para huir.
Despierto y sólo encuentro
al lobo que devoró la luna.
8 comentarios:
¡Cuanto corazón!, lindo escrito te felicito.
Gracias, Lionel. Un saludo
Me atrapó tu poema!
Es maravilloso!
Hay imágenes fabulosas,genial!
Saludos desde Sildelsur.
Gracias, Sildelsur. Tu blog también parece muy interesante, me daré un paseo por allí esta mañana. Un abrazo
Lionel, he intentado dejar un comentario en tu blog en "la espera" y me resulta imposible a pesar de escribir un montón de veces correctamente los caracteres.
Mira a ver si hay algún problema. Saludos
Inesperado final, Anaís...Por eso me ha gustado tanto. Besicos.
Gracias, Marcos por pasar a comentar por el laberinto. Un fuerte abrazo.
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